Para conocer
Circuito tradicional
La forma más habitual de recorrer el parque es en un circuito de 40 km que se hace en vehículo propio y en caravana, siguiendo a un guía habilitado. Tiene una duración de tres horas y son cinco estaciones. Se visitan algunas de las geoformas más famosas como El Hongo, El Submarino, la Cancha de Bochas y Valle Pintado.
El recorrido se puede complementar con el paso por el Centro de Interpretación de la Universidad Nacional de San Juan, con mucha información sobre paleontología, geología y evolución. Además, en la mitad del circuito, se puede visitar el Museo de Sitio William Sill con fósiles reales y donde se ve “in situ” cómo se trabaja con ellos.
Caminata con luna llena
Caminar por Ischigualasto en compañía de la luz de la luna llena provoca la sensación de estar en un verdadero paisaje lunar. Se realiza solamente cuatro noches por mes, siendo posible hacerlo las dos noches previas, la noche de luna llena y la noche posterior al cambio de fase lunar.
Trekking al cerro Morado, Río Salado y Quebrada de la Peña
El cerro Morado, con 1800 msnm, es la cima más elevada del parque. Un trekking llega hasta su cumbre desde donde se tienen las mejores vistas panorámicas de Ischigualasto. En el camino pueden verse aves, guanacos, zorros y vizcachas.
Hay dos trekkings más que se realizan también con guías habilitados: Río Salado —caminando por el lecho seco de este río, se llega a un gran salto de agua y a una laguna color esmeralda— y Quebrada de la Peña —se recorre el cañón más importante del parque, una geografía imponente marcada por la erosión fluvial y eólica—. Para todas las caminatas es necesario reservar con anticipación.
Ischigualasto en bicicleta
Otra manera de conocer Ischigualasto es en bicicleta. En compañía de un guía local, se recorren 12 km por un área poco conocida de dificultad medio-alta. El parque cuenta con bicicletas acondicionadas para pedalear y es necesario reservar con anticipación.